Y nadie quiere ser responsable de la destrucción masiva.
Según la biblia, intensidad es. Demasiados conceptos físicos y pocos reales. De los humanos, de los que de verdad sirven. La "vehemencia de los afectos del ánimo" vale callampa. No es así. No sé qué es, pero eso sí que no es.
Cuando algo se vive con intensidad, cuando la bomba no estalla y una vez más se queda guardada y esperamos que, por favor, termine desactivándose... ¡eso es intensidad!
Y esa intensidad duele un poco cada día.
Imagínense, no todos los días sentimos el tic-tac con la cuenta regresiva de nuestra bomba interior.
Hay que ponerle agüita a la pólvora o no sé cómo, desactivar los electrones -dudo que eso sea posible- y no permitir que el clic, después de todos los tic-tac, haga boom.
Aguántese. La intensidad contenida duele pero la intensidad derramada, hiere.
E.