18 de noviembre de 2008

es la hora

hay un tipo que me cae mal en la vida, actualmente.
esos que no sólo desagradan por su parada de coolismo que se nota no es tal: es una triste búsqueda de querer ser bacán porque habla de cosas con onda, tiene aparatos tecnológicos con onda, ropa con onda que trata de esconder su cuerpo con cero onda, su nulo carisma, su empatía que se ilustra en números negativos en la escala de la empatía y su egoísmo que ya considero algo genético, a estas alturas.
me desagrada porque trata mal a la gente. A sus subalternos, a su polola -hoy ex polola, por suerte para ella-, a quiénes trabajan con él, a la mamá de su hijo.
alguna vez me dio pena cuando dos periodistas se lo cagaron en una revista. hoy no. se lo merecía.
me puse feliz cuando ella lo pateó
me puse feliz cuando vi en el blog de su excompañero de trabajo una puteada hacia él, escrita por la pareja de este excompañero de trabajo. de escritorio.
me alegra saber que todo lo que pensaba hace años de él, era tal y como lo sentí desde el primer momento.
y que cuando trataba de negarlo, me llegaba de frente la cachetada de la realidad.
me alegro y no siento ni un soplo de culpa.
porque su expolola es mi mejor amiga, su subalterno fue mi novio y porque tuve la suerte de irme de ese lugar antes de que empezara a hacerme mierda a mí.
y porque creo que lo que no se aprende, se paga. y se hace en vida.