16 de mayo de 2007

Pena

Cuando tienes pena no sólo te tirita la pera. No sólo te muerdes los labios. Y las aletas de la nariz no son las únicas que se mueven.

Cuando tienes pena el corazón se agrieta. Parece encogerse y sangrar. La guata se aprieta. Los brazos se cansan y se caen a cada lado del cuerpo.

La mirada también se cae. Y las lágrimas.

A veces la pena crece y no se va. A veces vive en ti como un parásito y otras, termina adueñándose de ti como un baobab. Estira, sin que te des cuenta, sus raíces silenciosas. Cuando despiertas del sopor de la tristeza te das cuenta de que ya eres parte de ella. Que vives triste. Que eres triste como quien es simpático o gordo.

Qué pena.

7 de mayo de 2007

En la calle

Me carga:

- Ver a los niños sacándose los calzones del poto.
- Las viejas tironeando a los cabros chicos para que caminen más rápido.
- Que después del Mora Crema o Súper Yiro los envoltorios y palitos vayan a parar al suelo de la micro.
- Tener la obligación moral de dar el asiento. Señora, muchas veces estoy tan -o más- cansada que usted. Me gustaría verla con una mochila de 6 kilos en la espalda.
- Que me miren los bigotes.
- Que se note cómo tiritan mis muslos fofos con el convulso vaivén de la micro. Y el rollo también.
- Los hombres con buzo. Ay, es rancio.


Me encanta:

- Mirar bigotes ajenos, de chicas, claro. Es más: descubrirlos.
- Comer un Mora Crema tras otro. En promedio tres.
- Mirar los zapatos de la gente.
- Ir de la mano con mi novio, el Mono más olorosito del mundo.
- Besarlo en la micro.
- Bajarme de la micro como si estuviera bajando de un jet privado, con un vestido negro largo.
- Acariciar a los perros callejeros. (Novio dice que por eso me agarré pulgas. Según yo, me las pegó él. Es un mono, ¿no?)
- Hablar con los perros.
- Mirar cómo son las casas por dentro e inventarme historias.
- Sacarle la lengua a los niños sinque sus mamás se den cuenta. Niño normal: se ríe y entra en el juego. Niño freak: desvía la mirada. Por suerte casi todos son "normales".


¿Qué les gusta hacer, ver, sentir en la calle?

¿Qué detestan?

E.

2 de mayo de 2007

Apología a Mora Crema de Fruna

No hay nada como pasar las penas y rabias del día con un Mora crema. Viniendo de la U me bajo en la estación Baquedano, tranquilamente camino hasta el edificio de la telefónica y me siento en la 405 -sí, me siento y cómodamente- saboreando mi delicioso helado de agua y colorantes cancerígenos. Es morado, muy morado y su interior, tal como lo dice su nombre, de crema. Leche en polvo y sucedáneos...dice el "nutrition facts" impreso en el plástico que lo envuelve y que está estratégicamente escondido en un pliegue. Claramente, es mejor que no se note.
Algo así como "chancho limpio no engorda"; "chancho ignorante no se enferma de hepatitis" así es que me hago la tonta y disfruto de su dulce sabor a moras plásticas.

Con mi lengua dormida se duermen mis penas y con la ídem morada, se llena de colores la vida.

Bendito Mora Crema.
¡Señor Fruna, santo súbito!