30 de julio de 2005

Somos muy malcriados

Creemos que lo merecemos todo. ¿Quién dijo que luego de cometer un error, merecemos una segunda oportunidad? ¿A quién se le ocurrió? Seguramente a alguien que quería que lo perdonaran por alguna estupidez que hizo. ¿Es un derecho que tiene el violador a salir a la calle y recuperar su libertad física?
Por qué creemos, como niñitos consentidos por alguna entidad superior o solamente malcriados por esta sociedad que nos permite indulgentemente tropezar mil veces con la misma piedra, que podemos equivocarnos una y otra vez porque "no importa"? Mentira.Creemos eso porque, justamente, siempre nos han perdonado todo. Porque desde el político hasta el narco tienen derecho a recuperar su libertad... otra mentira, no es un derecho: es casi un premio que se tienen que ganar mediante el derecho a reformarse. El "rehabilitarse" sí puede ser un derecho de todos...pero ahí es el deber de quien cometió el error, ganarse su propia nueva oportunidad. No creo tenemos que ser perdonados porque sí, ni porque Dios, blablabla, ni porque NADA.
Suena rudo pero creo que el que la hace, la paga. Corre incluso para mí.
Por esto me complica tanto estar empecinada en que tenemos que vivir una segunda chance. Tú y yo. Porque, sin duda alguna, no la merecemos.
Pero la quiero, la necesito y aunque seamos como la mierda. No sé cómo reformarnos. No sé por medio de qué catarsis o rito purificarme y lograr llegar al estado inicial.
Estoy podrida. Y sigo siendo una consentida malcriada porque seguiré protestando por mi segunda oportunidad.
Qu'est ce que t'en penses, Mamut? je suis un peu folle, parece.

29 de julio de 2005

Presente del Indicativo II (cualquier cosa)

Y el después no viene. Porque me hundo en un ahora tan extraño que me desconozco. Me miro en las vitrinas de las tiendas vacías y veo un par de ojos temerosos. Esa cosa no puedo ser yo.
Dónde está la magia de la niña que siempre fui y que me gustaba ser. Hay cosas que sólo se pierden, pienso. Y perder la magia, el juego en las palabras, la risa en la mirada es más drástico y definitivo que perder otras cosas. Como la virginidad, por ejemplo. Ok, las dos son irrecuperables y etc etc... pero, qué cosa más triste es el saberse sin misterio. Sin ilusión, sin claroscuros que maticen tu persona. La virginidad se va y se supone que "eres mujer"... La magia de mi niñez se va, se escurre entre mi pelo, entre mis dientes... mis ojos se apagan y sólo emergen lágrimas ácidas que carcomen mis días. Cuando eso se va... ¿Soy más mujer?, ¿Crecí? ¿Tengo que sentirme orgullosa de algo? ¿Soy más grande o madura ?
Perder esa chispa e inocencia sólo transforma a las personas de colores a una emisión sesentera en blanco y negro.
Y me quejo y sufro y lloro y pataleo.
Y no sirve de nada. Y te odio con toda mi guata, luego te pido perdón y parezco una esquizofrénica que actúa sinsentido y sin rumbo alguno.
"No hay después" leo pero sucede que el ahora no me gusta. Cierro los ojos.
Cuando los abro estamos sentados frente a frente en una especie de restaurant de cuarta que se da el lujo de ser carísimo sólo porque tiene una pantalla gigante donde ponen Rojo. Horrible.
Él se come dos completos, hotdogs o perros calientes (con mayonesa, qué asco) y yo apenas me embuto la bebida que pedí sólo para que él no comiera solo. Sigo fumando. Como diría Bobby (cf. Osorno años luz atrás): tienes aliento a asno.
Me quiero ir, me duele la guata. Y ya son más de las once de la noche.
Lo acompaño a llamar a su novia. Le dice que la quiere y que lo perdone por ser tan...ahi ya no escucho más. Vamos al paradero y me subo a la 345. Llego a casa con taquicardia. Y el ahora se me viene encima, me aplasta. no tengo fiebre, pero mi tradicional palidez parece una enfermedad. No puedo dormir.
Miro el techoy veo como el ahora avanza. Hasta las cuatro y media de la madrugada. Parezco vieja con insomnio...sin magia, sin sueño(s)... y con la pena que me pesa antes, ahora y después.

Presente del Indicativo: No Hay Después I

Caminamos sin detenernos. No siento mis dedos y se me caen los mocos. Él habla de sus dramas amorosos y yo sólo fumo. Aspiro del cilindro y escupo humo. Una y otra vez. Seguimos caminando. Lo unico que sé es que vamos "para el centro". La neblina, difusa, aparece a lo lejos pero su humedad envuelve y el frío me anestesia.
Pasamos por Nasur y el señor/a del carrito está ahí, haciendo lo que sabe hacer: mover su carrito. Nos ignora y doblamos hacia la Alameda.
Me muevo por la noche de la ciudad que construye todos mis 'repères', me siento segura y aunque la oscuridad invade cada rincón, sé que nada malo nos puede pasar. Los segundos van más lento que nuestros pasos. De alguna manera tenemos que capear el frío y aunque no tengamos apuro alguno, caminamos rápido. De alguna manera tenemos que capear la soledad y nos juntamos a conversar.
Pasamos por el edificio Portales y de reojo veo a los 'señores vagabundos' que duermen tapados con diarios y alguna frazada rota.
Lo escucho y aunque no me aburre tampoco proceso mucho lo que dice. Miro a mi alrededor. No hacia atrás, nunca lo hago. Al menos en la calle no. Caminamos al lado del cerro Santa Lucía y en lo que supongo es una antigua bajada al metro Universidad Católica algo atrae mi mirada.
En la oscuridad de la calle y el misterio del cerro silencioso tres palabras me regalan sentido.
"NO HAY DESPUÉS"
Y lo entendí. Después de pasar meses viviendo el antes y sufriendo por el después... un grafiti me dio la solución. Sólo hay un ahora. Y nunca lo vivo, no lo veo y no lo aprovecho.
¿Qué tal hoy? Todo tiene que ser al presente, al hoy día... una suerte de carpe diem desesperado, con la angustia que ofrece el ahora. Me tiene podrida por dentro seguir cuestionándome el por qué del por qué , y luego...por qué.
Por qué todo se fue a la mierda...
Él habla. Yo camino y voy por mi segundo cigarro. Ahora quiero tener calor, ahora quiero llamarte y decirte que te quiero. Pero ahora igual se va... y ya no hay después.
¿Qué hicimos cuando en ese 'ahora' nos dañamos tanto? ¿No podemos arreglarlo ahora?
No quiero seguir escuchando.
Después de dos horas de caminata, un café y un brownie... seguimos caminando. Pero en el sentido contrario.

5 de julio de 2005

Elisa aime / Elisa n'aime pas

Elisa aime
los días despejados
iluminados
limón con sal
mucha sal / Elisa aime
el olor a perro
Lucas encremado
embarrado / Elisa aime
el olor de tu cuello
tus abrazos apretados
con mirada divertida
Elisa n'aime pas
la cabeza inclinada
ceño fruncido
teléfono en la mañana
se acaba el gas
se tapa el water
haz tu cama / Elisa n'aime pas
los dobleces en la ropa
las etiquetas
tiempo de espera
salas de ídem / Elisa n'aime pas
no verte nunca más
quedarse mucho rato sola
tormentas mentales
no poder seguir la filosofía estoica

Elisa ne comprend pas ( mais voudrait comprendre)
el placer
de pecar
amar con impulso
que al final de la calle
/literalmente/
esté tu nombre

Mi Perversión
(pregúntamela)