29 de julio de 2005

Presente del Indicativo II (cualquier cosa)

Y el después no viene. Porque me hundo en un ahora tan extraño que me desconozco. Me miro en las vitrinas de las tiendas vacías y veo un par de ojos temerosos. Esa cosa no puedo ser yo.
Dónde está la magia de la niña que siempre fui y que me gustaba ser. Hay cosas que sólo se pierden, pienso. Y perder la magia, el juego en las palabras, la risa en la mirada es más drástico y definitivo que perder otras cosas. Como la virginidad, por ejemplo. Ok, las dos son irrecuperables y etc etc... pero, qué cosa más triste es el saberse sin misterio. Sin ilusión, sin claroscuros que maticen tu persona. La virginidad se va y se supone que "eres mujer"... La magia de mi niñez se va, se escurre entre mi pelo, entre mis dientes... mis ojos se apagan y sólo emergen lágrimas ácidas que carcomen mis días. Cuando eso se va... ¿Soy más mujer?, ¿Crecí? ¿Tengo que sentirme orgullosa de algo? ¿Soy más grande o madura ?
Perder esa chispa e inocencia sólo transforma a las personas de colores a una emisión sesentera en blanco y negro.
Y me quejo y sufro y lloro y pataleo.
Y no sirve de nada. Y te odio con toda mi guata, luego te pido perdón y parezco una esquizofrénica que actúa sinsentido y sin rumbo alguno.
"No hay después" leo pero sucede que el ahora no me gusta. Cierro los ojos.
Cuando los abro estamos sentados frente a frente en una especie de restaurant de cuarta que se da el lujo de ser carísimo sólo porque tiene una pantalla gigante donde ponen Rojo. Horrible.
Él se come dos completos, hotdogs o perros calientes (con mayonesa, qué asco) y yo apenas me embuto la bebida que pedí sólo para que él no comiera solo. Sigo fumando. Como diría Bobby (cf. Osorno años luz atrás): tienes aliento a asno.
Me quiero ir, me duele la guata. Y ya son más de las once de la noche.
Lo acompaño a llamar a su novia. Le dice que la quiere y que lo perdone por ser tan...ahi ya no escucho más. Vamos al paradero y me subo a la 345. Llego a casa con taquicardia. Y el ahora se me viene encima, me aplasta. no tengo fiebre, pero mi tradicional palidez parece una enfermedad. No puedo dormir.
Miro el techoy veo como el ahora avanza. Hasta las cuatro y media de la madrugada. Parezco vieja con insomnio...sin magia, sin sueño(s)... y con la pena que me pesa antes, ahora y después.

1 comentario:

Sra. Chayo dijo...

Acabo de leer tus "no hay despues", hace tiempo que no venia a tu blog, quizas resitencia mental, o algo inconciente quizás. Pero bueno yo vengo al reves. Severla. Sólo hay despues. Porque el despues es ahora ahora ahora. Distinto es vivir por el despues olvidando el ahora. O vivir el ahora improvisando la inexistencia del despues. Esto es cosa de telestransportación. Si llegas a ti misma bien, sino púdrete. Algo así es el juego. Por algo así se decide. Aunque ya no nos veamos te quiero N.