29 de abril de 2007

te odio

Te odio.
Te odio por no estar nunca.
Te odio por haberme abandonado cuando todavía creía que en ti.
Te odio por haberme golpeado, cacheteado, tirado el pelo, gritado, empujado y tratado de estúpida.
Te odio por haberme comparado contigo "a tu edad".
Te odio por haber mentido. Te odio por no haber sido valiente y decir las cosas a tiempo.
Te odio hoy y todos los días.
Te odio cuando me llamas por teléfono y cuando no me llamas.
Te odio porque me dejaste un vacío gigante que, en realidad, nunca llenaste.
Te odio porque mis logros son tus logros. Porque cada cosa que haga no la hice yo, sino que fue la gran educación que me diste, la poderosa genética que me heredaste. Y una felicidad para ti, no un orgullo por mí.
Te odio porque crees que soy igual a ti.
Te odio porque nunca me apoyaste y todo el mundo cree que sí lo hiciste.
Te odio porque marcaste mi vida y nunca he sabido como ser feliz.
Te odio porque cagaste mi cabeza.
Te odio y te deseo la muerte todos los días. Espero que tu hijo sea homosexual y se rebele contra ti.
Te odio porque todavía crees que puedes obligarme a ser quien tú quieres que sea.
Te odio porque no te das cuenta de que te odio.
Te odio cuando me abrazas. ¿Por qué crees que no te devuelvo el abrazo?
Te odio cuando tienes gestos de partner.
Te odio porque no sé decirte la verdad. Que te odio.
Te odio porque no estudié la carrera que quería luego de que me gritaras que no tenía talento para ella.
Te odio porque tengo terror de que sigas manipulando mi vida.
Te odio porque a casi diez años de haberte ido sigues causando conflictos en mi casa.
Te odio porque lo único que generaste fue odio.
Te odio porque siempre me comparaste con mi hermana.
Te odio porque la tratabas pésimo. Y a mí me sacabas la chucha.
Te odio porque nadie lo sabía y todos apoyaban a mi hermana. Y nadie estuvo a mi lado.
Te odio porque me compararon durante años contigo.
Te odio porque crees que soy tuya.
Te odio porque crees que puedes agarrarme el poto y tengo que reírme.
Te odio porque tratas pésimo a tu mamá.
Te odio porque no tienes compasión por nadie.
Te odio porque tengo terror a parecerme a ti.
Te odio porque me preguntas si quiero a mi hermana.
Te odio porque trataste toda la puta vida de separarnos y enemistarnos.
Te odio y cuando tenga hijos, te juro que no los vas a conocer. Porque te odio.
Te odio porque hoy no sé vivir, porque no sé qué es perdonar, no sé querer.
Te odio por no entregarme una figura paterna sólida, fuerte y afectiva.
Te odio porque toda muestra de amor era a cambio de algo.
Te odio porque cuando me retiré de la carrera de resistencia me retaste por mediocre en vez de preguntarme porqué. Me dolían las costillas, no podía respirar.
Te odio porque si no era primera, no era nadie.
Te odio por lo que nunca fuiste. Lo que nunca me diste.
Te odio por tus golpes, tus retos, tus cinturonazos.
Te odio por no enseñarme matemáticas y tratarme de estúpida en vez de hacerlo.
Te odio por tratarme de iliterata cuando no sabía leer, en vez de sentarte a enseñarme.
Te odio porque no doy más con mi vida, con mi familia y no tengo ninguna puta esperanza de lo que vendrá ni de que vaya algo a cambiar.
Te odio porque estás vivo.

Quiero que te mueras.
Quiero que desaparezcas y dejes de influenciar mi vida y mi tristeza. Quiero dejar de odiarme por lo que tú hiciste de mí y de mi familia. Del no-cariño que dejaste como herencia.

Muérete ya. Porque no quiero seguir odiando. Me hace mal. Pero contigo es inevitable.

27 de abril de 2007

Cuando era chica tenía a ratos una sensación de distancia con la realidad. Era algo parecido a estar viendo mi vida en una pantalla. A medida que fui creciendo, esa situación de alejamiento con lo "real" se fue transformando en un distanciamiento afectivo de las cosas. Sentada en mi cama observaba los cuadros que amigos habían pintado para mí. El significado de ello fue de a poco más cercano a cero. Esos no son míos, esa gente no los hizo para mí y no tengo cercanía afectiva con esos objetos.

Hoy pierdo cercanía afectiva con la gente. Sólo vivo momentos y nada más. Las amigas de antes, ya no están. Siento que no hay un punto "real" de conexión más allá de los recuerdos. Me fui del planeta amigui. No tengo sintonía con nadie. Y siento profundo en el corazón que más allá de ser cosas que pasan, me transformé en una persona poco atractiva, seria y lejana. Creo que no todo es mi culpa. Llega un momento en que el cariño no es suficiente.
Siento que di tanto y hoy esa gente no está.
Tal vez yo también me fui. Me cerré como una flor que en vez de abrirse se apretuja bien para que no le llegue la luz.

Siento que sigo siendo la misma y que me quedé sola así. Ya no tengo más que dar.

Me aburrí de ser la que siempre llamaba, la distinta, la pendeja, la depre, la egoísta, la pesada...

No sé, la que no se parecía en nada a sus "amigas"...

Prefiero estar SOLA.

24 de abril de 2007

Ayer

Ayer casi me tiré a la línea del metro. En Los Héroes. Ni siquiera lo había planeado. Sólo se me ocurrió en el momento y me pareció una muy buena idea. Pero me faltó valor. Pareciera que hay que ser muy cobarde para matarse. Yo creo que hay que ser demasiado valiente. Decidir no estar más. Es más fácil escoger quedarse. Hacerse el hueón.

Ayer no pude y hoy me arrepiento.

Hace unas semanas que ya no tomo esas pastillitas que están hechas para hacer feliz a la gente disfuncional como yo. Que, para sorpresa de muchos, calculo que mas del 65% de los chilenos debe tomar. Así es que disfuncional no necesariamente significaría "anormal" puesto que la "norma", lo común, está siendo tomarse esas pastillitas de la felicidad. Entre Fluoxetina, Bupropion, Anfebutamona, sertralina... y demases que pretenden hacer funcionar mejor el cerebro y sus químicos... estoy chata. No quiero tomar mierdas que, además, me dan acidez.

Ayer miraba el tren que se acercaba y descubrí que si uno quiere matarse y que funcione, o sea morirse bien muerto, tendría que tirarse justamente desde el mismo lugar donde estaba parada: El principio del andén. En ese lugar el tren viene a gran velocidad y recién comienza frenar cuando ya ha cruzado ese umbral. Después ya no vale porque viene despacito. Aunque, ahora que lo pienso, uno se electrocuta. Debe ser efectivo entonces en ambos casos.

Estuve a nada de hacerlo. Fue como una tentación, un imán. Ni siquiera pensé en que instrusearían mis papeles, mis diarios de vida, mis fotos... nada. En cierto modo, me solté de esos asuntos que hoy me dicen muy poco. De mis temores sobre morirme. Ahora temo volverme loca. Mejor morirse antes.

Ayer no me atreví tampoco a contarle a mi pololo. Decirle sonaría a amenaza, a "mírame porfa". No. Qué patético. Por lo menos aquí, el hueón que me lee no sabe quién soy. Y mis "amigas" que alguna vez lo hicieron ya olvidaron esta dirección.

Hoy no tengo a nadie a quien recurrir. y, ¿para qué?...

La única persona que recordaría al morir sería mi novio. La única persona que me daría pena dejar sola, sería él. De mis papás, ni hablar. Hace un mes que no hablo ni sé nada de mi viejo. No me llama, no le importa. Es una basura de persona. Le importa un carajo el resto del mundo. Fascista de mierda. Deseo de todo corazón que su hijo sea homosexual para que le duela en lo más profundo. De su hijo, mi hermanito, no sé nada. Está tan fuera de mi vida, tan a trasmano, que ni siquiera lo echo de menos. No es algo que me pase. No está dentro del círculo de preocupaciones. Sé que está bien. Tiene techo, salud, comida, cariño. Mi mamá... supongo que se muere si me muero. Supongo que le dura un ratito. Pero no puedo vivir con ella.
Mi hermana, la santa hermana. La que está convencida de su bondad y que hace grandes esfuerzos por cambiar el mundo y por dar amorsh a la gente. Mierda. Basura engrupida. Egoísta y puta.

El resto de la familia da lo mismo. Total, todos piensan la misma mierda de mí. También está fuertemente arraigado eso de querer a alguien porque es miembro de tu familia. A mí no me pasa.
Como buena ovejita negra. Filo con ellos.

Estoy viendo el escenario de hoy, si ayer hubiera dado ese mínimo paso hacia el vagón en marcha.
Papá: echando la culpa a la mamá. Sin entender. Filo. Una verguenza para SU vida.
Mamá: lo más dramático. Me da un poco de culpa escribirlo y describirlo.
Hermana: deshtroshada. Pero siempre pensando en el inmenso acto de egoísmo y que claro, una vez más, llamando la atención, Elisa. Perra. Reflexionando en los significados de matarse: el egoísmo hacia el mundo, la cobardía y sobre todo, un desheo shúper loco de llamar la atención. Já.
Resto de la familia: ay, si siempre fue "así" la niñita.
Tan complicada. Tenía su carácter.

No entiendo cómo chucha no pude hacerlo.
Lo demás ya no funciona. No soy tan tonta. Pero no puedo.

E.

23 de abril de 2007

:: Mentiras ::

No me considero una mujer particularmente mentirosa. Es cierto que a veces recurro a las archiconocidas mentiritas blancas -también llamadas piadosas-, cosa que me parece normal. Con el paso de los años me di cuenta de que las manejo casi casi a la perfección. Pero, a pesar de mi Master en mentiras blancas, son sólo eso. Inocentes omisiones.
¡Si hasta mi única infidelidad ha sido piadosa! ---> Y omitida, por supuesto.

Mentí a mi madre para ver a mi padre a escondidas. No es pecado. Pero sí un error.

En mis días poco sociables invento que veo mal para no tener que saludar a la gente de lejos. Me acerco y saludo o... no me acerco, "porque, ¡¡chuuuuuuuuuuuuuuuuuuta!! ¡no te vi!". Y asunto arreglado.

Pero cada día me cuesta más mentir. Yo creo que es porque a medida que vamos creciendo las mentiras son más heavies. Porque, creo, tienen que ver con lo que reprimimos. Cuando se nos sueltan las trenzas. Y yo estoy muy bien peinada.

Si quisiera mentir, pienso, tendría que hacer algo realmente "malo". Mentir es, entonces, el segundo paso. Me falta el primero: cometer el acto pecaminoso. Ashí. Y no es que no tenga ganas de hacer locuras. Pero a veces falta energía y sobre todo, valor. Sí, soy una mamona. Y cobarde.

Muchas veces siento que me falta pasarlo mejor. Ser más libre. Menos responsable, menos culposa.
No sé pasarlo bien. Reírme de buena gana. Sentir las cosas sin pensarlas.
No puedo mentir si no sé soltarme las trenzas.
Son casi 22 años de hacer todo lo que tengo que hacer. Ningún condoro, ningún "estar al lado del camino", ninguna pausa para descansar. Sólo pataletas a puertas cerradas y limpiarse la cara rápido que hay que seguir adelante. Show must go on, siempre. Pero ya no quiero más seguir adelante. No quiero hacer lo que tengo que hacer. Lo que es obligación.
No quiero salir de la U, casarme por la iglesia con un hueón al que tenga que servirle en bandeja en la cama sin que me diga gracias, tener un par de hijos odiosos que me hagan la vida imposible y, menos, trabajar como china para estar frustrada.

No quiero atarme a una vida que deteste y que me obligue a mentir, a engañar y a dañar a los demás. No quiero seguir el camino del 95% de la población del mundo, creo.
Tal vez el chiste no sea mentir, sino siempre decir-se- la verdad.
Pero es inevitable. Las potenciales mentiras están adentro. Las conozco bien porque sé qué piezas hay que mover para soltar lo que reprimo.

El dilema es saber qué es verdad y qué es mentira. Porque, si no vivo lo que quiero vivir y guardo lo que sí quisiera hacer, vivir y experimentar, ¿no será que estoy viviendo una mentira y guardando, camuflando, ignorando la verdad?

:(

E.