31 de octubre de 2005

Si veinte años son nada, ¿Cuánto es la mitad de nada?


Ayer hablaba con la Fran y de los casi 15 cigarros que cada uno se fumó salieron varios temas. Pero uno de los que siempre me matan lo suficiente para escribirlo aquí (después de tantas semanas sin contar nada) es que tengo 20. Bueno, ella tiene 21 pero para efectos de la conversación daba igual, un año más o uno menos. El tema es que dese hoy hasta los 30 nos vana pasar muchas cosas. Más cosas "importantes" de las que se supone hemos hecho hasta ahora. Si seguimos el rumbo definido y correcto por el que vamos, ants de los 30 ya habremos terminado nuestras carreras, ojalá tengamos un trabajo estable que nos permita mantenernos, por enede nos independizaríamos de nuestros padres.Tendríamos un pololo-novio o , ¡incluso!, marido... quizá tengamos hijos si es que somos madres jóvenes...
Son demasiados acontecimientos embutidos en una misma línea de tiempo, en una misma persona. Una salchicha de cambios apretujados que, algunos más pronto que otros, siento que apsarán casi irremediablemente. No es que sea malo atenerse a que todas esas cosas van a pasar...pero parece que no quiero. Hay días en que no tengo ganas de saber que entre los 20 y los 30 haré tal o cual cosa. Quiero que haya misterio, sorpresas por develar y no tener la sensación de saber cuál es el regalo antes de abrirlo.
Que exista todos los días un sueño o misterio que me enloquezca un poco, algo que me haga pelear, enojarme, llorar... pero no la cómoda sensación de que estoy yendo por el mismo camino ya mil veces pisoteado por generaciones.
Sin embargo, no planeo hacer una vida distinta ashí shúper loca y rebelarme a lo que todos ya hicieron, pero quiero que mi vida me guste. Si tengo una casa con perro (dudo que mi futuro sueldo pueda costearlo), quiero que me fascine mi casa y adore a mi perro. Si tengo una hija, quiero que se llame Amalia y un marido que no me cague. O que yo me lo cague y que no sepa.
Pero de alguna manera -legal- pretendo se feliz con lo que logre. Aunque sea poco, o algo más. En estos 10 años que me quedan tengo un desafío: que todo lo que tenga que hacer por deber familiar, deber personal, cultural, social, amoros, deber con el mismo placer y la vida...me haga feliz y me permita hacer feliz. Creo que renuncio al cliché de "dijiste que nunca te ibas a poner corbata". Puedo transar, adaptarme y no por eso me estoy engañando. Porque creciendo y avanzando voy a lograr, siempre, lo que al final SIEMPRE quise. Que es el equilibrio. No tiene que ser en una casa con ese perro, puede ser (y es más seguro) que sea en un mini dpto, con una mini cama, sola fumando como guachaca y comiendo basura con genes modificados. Pero a pesar de lo decadente que parece, me deseo lo mismo que si tuviera la supuestamente ideal casa con perro: estar feliz y satisfecha con lo que he logrado. Porque eso que logré fue con mi esfuerzo, pega y sudor.
Es aterrador ahora ver cómo pasarán los años y los escalones van a ser "franchis", las etapas superadas (para bien o mal) van a llegar inexorablemente. Quizá es lo inasible del tiempo que me da más temor. Más que lo que realmente pueda yo hacer con lo que de seguro va a pasar. No es una regla, al parecer la vida es larga. Pero hoy siento que son sólo diez años para hacer y vivir tantas cosas.
¿Se entiende?
E.

1 comentario:

Sra. Chayo dijo...

sabi loca, yo creo que tenis que pensar en qué hacer con tu vida en este año, en este mes, en este dia. Yo soy Así. Estrafalaria hasta el limite, tragica hasta el cansancio. Nosé. Yo en 10 años no me veo. Pitti por escencia gaia.!