28 de julio de 2007

La aguja en la burbuja

Es heavy como un buen día nos damos cuenta que llevamos meses o años viviendo una mentira. Se trata de que creamos un escenario que nos acomodaba y los replicamos una y otra vez, todos los días, todo el tiempo. Porque, se supone, que nos hacía feliz. Hasta que llega otro "buen día" en que nos decimos la verdad. "Esta hueá no me gusta", "este hueón no me hace feliz", "en verdad no es tan divertido", "parece que no he dado vuelta la página".
A fin de cuentas, este día, no es más que un día como el pico. Cachai que has sido pésima y que también han sido pésimos contigo. Que la mantención de la mentira era algo bilateral y que no sabes qué mierda pasó y te aburriste de mantenerla y seguir siendo tan feliz cuando -ni siquiera tan en el fondo- eras más infeliz que la chucha.
El dolor del asuntillo aparece porque mal que mal la mentira era estable, seria, cariñosa, acogedora. Y salir de ella requiere una gran dosis de honestidad a quemarropa, fuerza de voluntad y muchos pañuelos.
No sé qué hacer cuando se rompe la burbuja.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando se rompe la burbuja duele todo y nada.

TODO: porque jamás te sentiste tan mal, tan insignificante. Porque hasta abrir los ojos por la mañana siginifa un esfuerzo que ya no quieres ni intentar.

NADA: porque todo pasa, porque terminas agradeciendo que te haya pasado a ti. Que haya sido a tiempo. Porque realmente no estabas viviendo y de no haber pasado (exploción burbujeante)seguirías siendo nada.

Suerte!
Y ahora no constuyas burbujas con palabras al viento y con sentimientos enredados, sino de cimientos sólidos que valgan la pena.

Puppetmaster dijo...

Hey!!!! si crees que todo está dentro e una burbuja, seguro estallará en un momento u otro. Asi que su futuro no es proyectable.

Aplástala ahora!!! y ve lo que pasa.

Bárbara dijo...

Ánimo y valentía, nada más. Hay que ser muy valiente para romper la burbuja porque hay gente que pasa años de años, toda una vida, en ese espacio mínimo, conforme con el centro de desdicha cubierto con un baño sabor felicidad, que no es la felicidad misma sino que un mal sucedáneo.
Hay que dejar que las cosas pasen, que las heridas se cierren, y que la honestidad con uno mismo haga el resto del trabjo. Cuando tocas fondo te impulsas de vuelta arriba, porque ya no puedes ir más abajo.
Saludos!