3 de enero de 2008

SIN FILTRO

Después de un tiempo largo pasé la navidad con mi papá. Chan!
Para alguien de veintidós años, nueve años son varios años. Hartos años sin navidades ni años nuevos.
Es súper simple: de los 13 a los 22 pasan demasiadas cosas. Vivencias que le llaman. Frenillos, pololeos, vacaciones, universidad, amigos, viajes, drogas, descubrimientos, responsabilidad y decisión. Y el registro electoral. No, la isapre aún no.
Entre los teen y los twenties salimos del colegio, escogemos carrera que es como el primer acercamiento al matrimonio: "para toda la vida", pero todos saben que es mentira; carreteamos como nunca -algunos como siempre-, no pedimos más permiso, no llegamos a la casa y-qué-tanto, nos curamos y dejamos de tomar, volvemos a tomar pero ya no más vodka por favor, nos hacemos cargo, de paso proyectamos un poco el futuro.
Y.
Salimos de la U, trabajamos... y luego 24, 25... ojalá irse de la casa y tener la curiosa -pero muy cierta- alegría de recogerle uno mismo la caca al perro, que nadie te despierte cada mañana, llegar al chiquero propio cuando salga tarde de la pega. Es un ensayo muy real de la vida. La obra siendo representada, no las últimas repeticiones del parlamento antes de salir al escenario y actuar.
Antes de eso somos como unos test crash dummies: nos sacamos la chucha, hacemos huevadas pero filo, era de mentira, un simulacro no más. No pasa nada. Los viejos lo solucionan todo.

Pero no. A mí me pagaron la U y el techo. Ok, no tengo de qué quejarme. Pero ojalá que me paguen el estudeo un año más, aunque ya me avisaron que luego de eso, se corta hasta el pago del arriendo.) Pero eso no importa tanto. Muchas veces importan cosas que no importan. Que no me fueron a buscar a carretes, no me vieron dando jugo, no me vieron fumando todo lo fumable, no me consolaron las penas de amor y menos aún me enseñaron matemáticas cuando no sabía qué era una función ni el número de oro, ni el número invisible ni qué diablos. Y hasta hoy no tengo ni la más puta idea de la utilidad del 'cosinus', 'sinus', y del alucinante mundo de la trigonometría. Qué mierda es factorizar o desarrollar un cálculo. Por suerte aprendí a leer aunque me trataran de 'iliterata' a los 5 años.

Aunque sí me enseñaron las nociones básicas de defensa personal: rodillazo, dedos en los ojos, uñas en la cara. Dudo que recuerde usarlas cuando esté en una situación de riesgo. Pero esa fue la clase de Todo Vale.
La lección de sexualidad la recibí cuando llevaba dos semanas pololeando, en primero medio y quince años además de: cero interés en ningún tipo de incursión 1, 2 ó 3. De la mano y ya.
Una vez más, 'daddy' cagando fuera del tiesto.

Así, aunque pasen 4, 9 ó 20 años, honestamente me daba PAJA pasar la navidad en familiars.

Fueron muchas navidades sin el único tipo que toda mujer cree en algún momento de la vida, aunque sea a los diez años, que no la va a abandonar. Y los viejos no se dan cuenta de que lo más penca no es cuando se van, sino cuando vuelven. Sí, la gente cambia. Y así como yo cambié, él también lo hizo.
Pero, ¿cuánto puede cambiar alguien? Yo lo hice porque me tocó crecer. Pero los viejos ya están formados. O sea, envejecen y eso. Pero ya aprendieron a hablar, a ser, y a concebir el mundo de cierto modo, a relacionarse con lo externo y...

...HONESTAMENTE, NADIE PUEDE DESPUÉS DE SER UN CHILENO -RELATIVAMENTE- NORMAL QUE LLAMÓ VIEJITO PASCUERO AL ANCIANO BARBÓN DE LA NAVIDAD DURANTE 42 AÑOS, AHORA DECIRLE SANTA!

SAAAANTAAAAA!!!! SANTA CLAUS!!!

Y ABRIR LOS REGALOS AL DÍA SIGUIENTE!!

¿JINGLE BELLS?

Qué vergüenza ajena.

Around the world.


E.

Próximo capítulo: adoctrinamiento fascista en casa.
Adelanto: "Qué suerte que naciste blanca y con buena genética". "Sácate ese chaleco que pareces nana".

Fecha de publicación: totalmente indefinida.


Happy new year for everybody!

4 comentarios:

Bárbara dijo...

Uf, un fuerte cambio, sin duda. Me sentí muy identificada con esa descripicón de la vida entre los 13 y los 20 y algo...aunque yo nunca fumé, y recién ahora me estoy poniendo al día con los vodkas que no me tomé en la época que me correspondía, jejejeje
Un abrazo, y bueno, la navidad - y el fin/inicio de año- es una época para tomar lo bueno y soltar lo malo, aunque esto último sea la mayoría.

Puppetmaster dijo...

lo del chaleco de nana lo entiendo.
y lo del adoctrinamiento fascista tambien.

Ahora santa claus pa mi nunca fue importante. Mi familia nunca me dijo algo de santa. los regalos siempre supe que los compraba mi papa. Además mis viejos no se aguantaban y me entregaban los regalos antes. Ja!



saludos!!!!

MCH dijo...

Notable post. Cuando niños, con mi hermana, todos los 24 de diciembre -en pleno infierno caluroso de Panamá- para acortar la espera de los regalos decidíamos apagar la TV y dormir largas siesta para que "el reloj volara".
Tienes razón con eso de los ensayos. Después de carretear en la universidad, se congela el ensayo y uno sale a escena -con más o menos alcohol en la vena- y hay que improvisar en un escenario que si bien está vacío, por alguna extraña razón, proyecta la sensación de que hay miles de ojos mirándote y esperando el primer tropezón. Abrazo.

Elisa dijo...

Gracias por venir Manu!
la navidad es una fuente inagotable de recuerdos, la cagò.

Y esta vida que empieza, mucho màs...

nos leemos!!
Abrazo

E.