
Con el cuchillo adentro, giraría la muñeca para destrozar bien todas tus vísceras en caso de que tuvieras la suerte de sobrevivir.
Si fuera una homicida, sacaría la hoja lentamente mientras te desplomas y tratas de agarrarte de mí. Te miraría a la cara sin pensar que te lo merecías, pero sí sabiendo que era lo correcto.
Trataría de no mancharme mucho las manos con tu sangre y tampoco te daría un último beso. Nada de huellas.
Si fuera una asesina, eso habría pasado hace tiempo.
Pero como no lo soy, a veces lloro.
Porque no puedo matarte.
2 comentarios:
pucha ami...
besotes y gracias por tu sabes
F
Simplemente, desgarrador...
Demasiado bien escrito, como para no hacerme llorar.
Tq!
Tu amigui T.
Publicar un comentario