22 de marzo de 2011

¿Y ahora quién?

Siempre que terminaba un pololeo pensaba, casi como la canción de Marc Anthony, ¿ahora quién...me querrá, cuidará, aguantará, acompañará...?

Bastante agua bajo el puente ha pasado ya como para no ser capaz de responder esa pregunta bien egoistoide que me hago. ¿Alguien tiene que venir a resolverme la vida? No.

Entonces, ¿ahora quién? Yo misma.

Claro, los hombres son prestados, las amigas son compañeras de ruta, hermanas en cada paso y decisión que tomamos. Pero es tan obvio, y aún así tan difícil de ver con lucidez, que nos dormimos y despertamos con nosotros mismos. Que, sin ánimo de mirarme el ombligo, la única que me va a sacar de la mierda en la que a ratos me revuelco, o de la pena que otras veces me ahoga, soy yo. Así como los logros, los avances y aprendizajes son míos.

Pienso en mi ex y recuerdo sus sueños conmigo. Comprarnos un dpto, vivir juntos, llegar a viejitos, tener sólo un par de hijos porque yo periodista y él publicista...uf, no sería fácil. Y no pude, no me atreví a seguir adelante con un sueño lindo, pero que no era el mío. y cuál es? Por ahora, no tengo idea. Y no me preocupa. Al menos no es algo que me mortifique todos los días, como antes pasaba.

Él debe pensar "¿y ahora quién?" pero dudo que se demore mucho en encontrar a alguien que calce en su ideal de mujer o alguna chica que quiera moldearse a su plan. Vaya que es cómodo que te pauteen la vida. Y apuesto a que más de alguna estaría feliz con un Director Técnico diciéndole todo lo que hay que hacer y para dónde chutear la pelota. Gol.

Entonces, no soy yo. No era yo. hey! nunca fui yo. Era su sueño, su ideal de la vida perfecta en el que yo calzaba perfecto y cumplía todos y cada uno de los requisitos escritos en su checklist mental. Tanto para su pega, su familia, sus amigos y sus planes.

¿Ahora quién? Cualquier chica como yo. Hay miles. Al menos como él pensaba que era. Y se equivocó.

E.-

1 comentario:

Bárbara dijo...

Toda la razón bella!!! Es uno la que debe tener el panorama claro y compartir un plan, no seguir el de otro. Qué sabia que fuiste, y cómo te debe haber dolido poner esa sabiduría en práctica. Te mando un gran abrazo y un parche curita para el alma