28 de noviembre de 2004

El mundo al revés.

Hay mujeres que creen espantar a los hombres porque son tan independientes, maduras, decididas, o lo que sea que se supone los hace escapar. El tema ha sido hablado y repetido en innumerables ocasiones y a pesar de todo, no logro convencerme de que sea verdad. No les creo a las mujeres que andan diciendo que los hombres se escapan de ellas por cosas buenas que ellas tienen. "Es que se asustan conmigo", dicen. Entonces, así como yo ahora, la gente piensa huevadas: dedicando su tiempo al sol o en una oncecita aburrida conversan porqué la Juana Equis está sola si es tan dije e inteligente, no cualquiera tiene ese puesto en la empresa.Y tan amorosa que es. Pero, ¿es que nadie ha pensado que hay mujeres que sí espantan a los hombres, diciendo y haciendo-casi a propósito- lo que no debieran, molestándolos hasta que se aburren o provocándolos en un poco obvio afán de encontrar en ellos algo que ni siquiera ellas saben lo que es. Y es algo que al principio es manejable pero que rápido se transforma en un problema incontrolable. Hasta que se dan cuenta que ya lo perdieron todo. Y que de verdad fueron unas malditas bitchies.Sin embargo, se trata de actos totalmente conscientes..
Por qué lo hacen conscientemente? Por qué lo hago conscientemente?
Después de pensar un buen rato el motivo de esta actitud que lo único que consigue es el desagrado del joven en cuestión, o que se aleje antes de los quince minutos de conversación, me pregunté qué diablos pretendo. Qué mierda pasa por la cabeza de una mujer que se pone hiperirónica, desafiante y desagradable con el fin de alejar ( y lo logra) al único tipo que le mueve el piso. Sin duda concluí que hay que estar -al menos- un poquito perturbada, tener una falla, un desorden o un problema de significaciones. No captar que cuando alguien le gusta, lo más natural es que uno sea buena onda, algunas coquetas o qué sé yo. (gustar = buena onda) Pero no empezar a tratar a la persona de jote, hueco, me carga tu...blablabla, te fue como el hoyo, huevón, mentiroso...ufff. No hay quien aguante. Pero en el momento, me da risa.
Racionalizando un poco la estupidez, me doy cuenta que ayer hice eso para que el tipo hiciera lo mismo conmigo. (¿?) Qué? ¿es tan raro? parece que sí. Me explico. Odio a los tipos que son unos jotes de mierda. Así que lo entretenido es burlarse de ellos cuando se ponen shuper sheductoresh.
Esa fue mi patética rutina de ayer. Las estúpidas reglas las puse yo y estaba de lo más feliz. Hasta que la conversación se puso seria y logré sacarle comentarios extra disco. Me gustó mucho haber hecho eso. A veces una euforia extraña me invadía y hacía locuras: lo agarraba de la mano y partía volando a cualquier parte.
Conversamos mucho rato, y luego de casi irme con su celular, cambiarle el idioma, fumarme casi todos los cigarros de mi amiga, y esconder su carnet de identidad, me fui a mi casa.
Recuerdo que, entre mis burlas, me dijo que me acordaría de él. Le dije que no se equivocara. Me lo aseguró. Y creo que lo odio un poquito porque tenía razón. Hoy me acordé y me dí rabia. Me pongo tan flaite.
La promesa era (es)...esa. y hasta el momento no la ha cumplido. Pero acabo de recordar que lo peor es que no podrá cumplirla porque cambié el idioma de su celular...a uno sólo un poco incomprensible. Mal. Es mi autosaboteo.Es lo que ocurre en mi mundo, el mundo al revés. Es la fobia que empieza a aflorar, el ponerse el parche antes de la herida, una asquerosa cobardía que lleva a destruir las cosas que podrían tener un buen futuro, antes de que se concreten. Aplausos.
El joven no se fue. Eso fue nuevo, quizá algo terco. Bien, porotito para él. Pero la promesa es incumplible así que hasta aquí llegó la cosa. Y yo soy mi propia víctima y victimaria.
Ok, lo sé. NERD.

No hay comentarios.: