Me lloví. Pollo Feroz, no es tan feroz.

Salí a la lluvia riendo. Para que el conserje no se pasara más rollos sobre mi locura decidí hacerla piola pero no podía evitar sonreírle. Me preguntó que por qué no llevaba paraguas, que me iba a mojar. Con una carcajada le solté "voy a eso!". Como preguntándome 'cuántos años tienes' abrió la puerta y salí. En la calle las gotas parecían menos gruesas aunque el agua era tan fría como la había sentido asomando la cabeza por el balcón.
Caminé algunas cuadras, esquivé las micros porque ok, está bien querer mojarse con la lluvia pero no por eso iba a dejar que las micros me embarraran.
Casi fui a buscar al Claudio para que nos empapáramos juntos. Me acordé del Guillo y me dio más pena que la chucha. Hoy lo vi bajando las escaleras de la facultad con la Psycho enferma y me dio tanta pena. Ya ni siquiera son celos, es pura y auténtica pena. Me siento más que postergada, me siento sola, dejada de lado. Y ya me cuestiono si vale la pena esperar tanto. Y no sé si eso tenga respuesta. Me acordé y entre tanta gota de lluvia un par de lágrimas no se notaban y con el ruido de los autos y los truenos, menos se distinguieron dos o tres sollozos de desánimo y tristeza. Cuando atiné que ya hacía frío y que tenía las manos anestesiadas, decidí volver al 5401 dpto 51.
Sigo algo triste, desanimada y sin tantas ganas de esperar. Creo que hay que hacer las cosas y ya. ¡Ya! Si no, es porque de verdad no se sienten. ¿Qué opinas Pollo?
La distancia e indiferencia me duelen tanto como si luego de la peor pelea te hubieras ido. Sigue creyendo que soy mamona, me importa un carajo. Quizá te sirva para conocerme.
Mi pelo sigue mojado y los ojos se humedecen. El teclado desaparece y ya no quiero seguir pidiéndote que estés. Ya no quiero rogar por el cariño. Sigue lejos, total, eso te hará bien. Sólo a ti, claro. Hasta el momento ha sido así.
Lamentablemente sigo queriéndote como a nadie. Qué pena por la cresta.