22 de mayo de 2011


tengo pena. de esa pena incontinente y de lágrimas incontenibles.
esa puta vulnerabilidad, ese terror de decir te quiero, te necesito, te echo de menos. de no ser realmente la mujer emancipada que he trabajado años en ser. de golpearme contra los bordes invisibles de este miedo de mierda que me aleja de sentir bien. de sentir sano.

de no poder decir que estoy hasta las patas, que amo ese calorcito, ese olorcito, todos los desayunos, paseos, canciones... que hoy adoro. que admiro y que me hace falta cuando sobra la ausencia.

2 comentarios:

Bárbara dijo...

El miedo nos inmoviliza, y nos hace quedarnos quietos, esperando. Convierte el miedo en combustible, que te permita encender motores para alcanzar tu sueño....y si fallamos otra vez, qué importa! Al menos hicimos algo!!! Besos y suerte!

Elisa dijo...

Gracias por tus palabras!

un abrazo